Jerarquías creadoras (Las doce) Se llaman así porque están ocupadas en la construcción del universo, guiar a sus hermanos menores en el sendero de la evolución y dirigir el desenvolvimiento de las fuerzas espirituales en el universo material. En el estado presente de la evolución, cinco de estas Jerarquías han transpuesto ya el campo visual de los mayores y más desarrollados Maestros de nuestro mundo; cuatro han pasado más allá de la liberación, y una está en los umbrales de este último estado. Así es que en nuestra evolución sólo toman parte siete Jerarquías, que afectan, por decirlo así, nuestra partícula de Divinidad, la porción de Îzvara (véase: Bhagavad-Gîtâ, XV, 7), el Jîvâtmâ, el Ser viviente cuya superior naturaleza espiritual forma parte integrante de una de dichas Jerarquías. -La primera Jerarquía está constituída por los Hálitos ígneos amorfos, Señores del Fuego, Llamas divinas, Fuegos divinos, Leones del Fuego, Leones de Vida, nombres todos ellos que expresan atributos ígneos, pues dichos Seres son la Vida y el Corazón del universo, el Âtmâ, la Voluntad cósmica, y a través de ellos pasa el rayo de Paramâtmâ, que despierta el Âtmâ en la Mónada del hombre. -La segunda Jerarquía está formada por los seres de doble naturaleza, las "dúplices unidades", Fuego y Eter, el Discernimiento manifestado, la Sabiduría del sistema, el Buddhi cósmico, que despierta el Buddhi en la Mónada humana. -La tercera Jerarquía, la del Mahat o Manas cósmico, son las Tríadas, Fuego, Eter y Agua, la actividad cósmica, que también dejará parte de su esencia en la Mónada del hombre, a medida que éste vaya descendiendo. Esas son las Jerarquías creadoras arûpicas (sin forma), que moran en materia todavía demasiado sutil para tomar forma limitada en la materia en que se entremezclan y compenetran todas las Formas. -La cuarta Jerarquía es la nuestra, la Jerarquía de las Mónadas humanas que no han dejado todavía el eno del Supremo Padre en donde verdaderamente permanecemos inseparables de El, aunque en el laberinto de materia nos parezca que estamos separados y seamos distintos. Esta Jerarquía se llama también de los Jîvas imperecederos. -La quinta Jerarquía es la de Makara, que tiene por símbolo el pentágono. En ella, el doble aspecto espiritual y el doble aspecto físico de la Naturaleza, el positivo y el negativo, aparecen en recíproca lucha; son los turbulentos, los "rebeldes" de las mitologías, ? los nacidos del Cuerpo de Tinieblas que por su evolución pertenecen a este universo. Son Seres de gran poder y sabiduría espirituales, pero que ocultan en su interior el germen, la esencia del ahamkara (véase esta palabra), de aquella facultad autoactiva que es necesaria para la evolución humana. Son producto de la primera Cadena planetaria. -La sexta Jerarquía está formada por los nacidos del Cuerpo de Brahmâ, que se denomina Cuerpo de Luz o de Día. En esta cohorte de Devas brillan gloriosos los Pitris de los Devas, designados con el nombre de Agnichvâttas o "los séxtuples Dhyânis". Ellos se lo dan todo al hombre menos el Jerarquías creadoras (Las doce)
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